5 de agosto de 2011

Invitada Especial

Vestía de negro con su melancolía en la mano
Y su silueta representaba la noche lúgubre de su alma
Su mirada perdida entre la maleza de su aturdida razón
Ella era.
Mi amiga a la que le rompió el corazón

Una lágrima ligera sobre aquel rostro cadavérico
Escondido en el rincón del infinito mundo de los muertos
Ya no era una flor de dulces pétalos
Ella era.
Mi amiga a la que le rompió el corazón



Te veo arrebatada
En un rincón de tu conciencia
Culpable de tus culpas
Apaciguada entre tus manos
Queman como el hielo
Tus mentiras que se hacen palpables
Envidia necia que descoloca a tu ser
Egoísmo ególatra de tus emociones espontaneas
Felicidad absurda superpuesta en el odio
Fantasía homicida sobre aquella “inmundicia”
¡Vuelve a ser espía de la utopía!
Elévate por sobre los ojos de las nubes
Y sigue creyendo, creando y produciendo
Todo lo que algún día iluminó tu alma
Y se llamó vida.


 

Ambos textos pertenecen a Karla Taibo, una buena amiga de un buen amigo.




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